Hemos sido efectivamente renovados en Cristo por la santificación, recuperando el esplendor originario de la naturaleza, a saber, la imagen del que nos creó por él y en él: renunciando al pecado y a la inveterada corrupción, se nos enseña a reiniciar una vida nueva; nos despojamos del hombre viejo corrompido por las seducciones del error, y nos revestimos del hombre nuevo, renovado a imagen del que nos creó. Además, este renacimiento o, como suele decirse, esta nueva criatura, se ha efectuado en Cristo; por tanto la hemos recibido no de una estirpe corrupta, sino en virtud de la palabra del Dios que vive y permanece.
San Cirilo de Alejandría
Comentario sobre el libro del profeta Isaías (Lib 4, or 1: PG 70, 890-891)
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