El Claustro del Monasterio de Silos ofrece a sus monjes la posibilidad de orar paseando por sus crujías, contemplando los misterios de la Encarnación, de la Pasión y de la Resurrección de nuestro Señor, que tan maravillosamente fueron esculpidos en la época románica. Una de estas célebres imágenes es la de Cristo peregrino, apareciéndose a los dos discípulos de Emaús, que contemplamos hoy orantes,.
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