sábado, 17 de diciembre de 2016

Guerrico de Igny. El Señor se sienta en su trono real

Astorga. Virgen de la Mjestad

Buena y consoladora es a no dudarlo tu omnipotente palabra, Señor. ella descendió hoy desde su trono real al seno de la Virgen, donde también se construyó para sí un trono real; y si bien se sienta en él ahora en los cielos como Rey, rodeado de los ejércitos angélicos, sin embargo es consuelo de los afligidos en la tierra.

La Virgen fue escogida, en efecto, de estirpe real; noble retoño descendiente de reyes, pero más noble aún por su virtud real. De esta suerte la nobleza materna contribuyó a salvaguardar la dignidad real del Rey eterno, Hijo del Rey, el cual, procedente del trono real de su Padre, colocaría también su trono real en el aula virginal de su Madre reina. En ella, sin duda, y de ella la sabiduría se edificó una casa, en ella y de ella preparó para sí, cuando tomó en ella y de ella su propia carne, un trono tan perfecto y adecuado para todo, que es a un mismo tiempo casa para descansar y trono para juzgar; el cual le sirvió primero de tabernáculo para luchar y de cátedra para enseñar.

Mira, no obstante, si ella no será acaso el trono de David su padre, a quien el ángel prometió que se le daría, no porque David se sentara en él, sino porque de la descendencia de David había de ser tomado y fabricado. Ahora bien, si no es el trono de David, no hay duda de que ella es tu trono, Señor, por los siglos de los siglos. Si no es el trono de David, indudablemente ella es un trono excelso y elevado sobre toda creatura.

Beato Guerrico de Igny
Sermón 26 en la Anunciación de nuestra Señora

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