lunes, 30 de marzo de 2015

Apotegmas de un monje a sí mismo


76.- La Pasión del Señor. Monje, cierra por un momento los ojos, deja otras ocupaciones que no son tan importantes y concéntrate en la presencia del Señor crucificado. Sube tras él, compartiendo con el Cirineo, los sufrimientos de tus pequeñas cruces. Sé consciente de que, si él asciende al monte Calvario, lo hace por ti, para que su muerte te dé a ti la vida. Admira su inmenso amor, en contraste con tu usual indiferencia. Siempre te ha estado llamando, y qué pocas veces le has respondido, monje.

domingo, 29 de marzo de 2015

Santa Teresa de Jesús. Guía de almas

Una nueva conferencia, con motivo del quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, a cargo de fray Rafael Pascual Elías, ocd., especialista en la Espiritualidad carmelitana. 

sábado, 28 de marzo de 2015

El Libro de la Vida de santa Teresa de Jesús

Una magnífica conferencia, la primera de un serie, acerca del Libro de la Vida de Santa Teresa, a cargo de una hermana del Carmelo de Valladolid. Merece la pena escuchar toda la serie.

viernes, 27 de marzo de 2015

Semblante de Santa Teresa de Jesús

El P. Eduardo Sanz de Miguel, carmelita, nos presenta la figura de santa Teresa de Jesús, cuyo quinto centenario de su nacimiento celebraremos mañana.

jueves, 26 de marzo de 2015

Oración: Tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama


5. El bien que tiene quien se ejercita en oración hay muchos santos y buenos que lo han escrito, digo oración mental: ¡gloria sea a Dios por ello! Y cuando no fuera esto, aunque soy poco humilde, no tan soberbia que en esto osara hablar.

De lo que yo tengo experiencia puedo decir, y es que por males que haga quien la ha comenzado, no la deje, pues es el medio por donde puede tornarse a remediar, y sin ella será muy más dificultoso. Y no le tiente el demonio por la manera que a mí, a dejarla por humildad; crea que no pueden faltar sus palabras, que en arrepintiéndonos de veras y determinándose a no le ofender, se torna a la amistad que estaba y hacer las mercedes que antes hacía y a las veces mucho más si el arrepentimiento lo merece.

Y quien no la ha comenzado, por amor del Señor le ruego yo no carezca de tanto bien. No hay aquí que temer, sino que desear; porque, cuando no fuere adelante y se esforzare a ser perfecto, que merezca los gustos y regalos que a estos da Dios, a poco ganar irá entendiendo el camino para el cielo; y si persevera, espero yo en la misericordia de Dios, que nadie le tomó por amigo que no se lo pagase; que no es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama. Y si vos aún no le amáis (porque, para ser verdadero el amor y que dure la amistad, hanse de encontrar las condiciones: la del Señor ya se sabe que no puede tener falta, la nuestra es ser viciosa, sensual, ingrata), no podéis acabar con vos de amarle tanto, porque no es de vuestra condición; mas viendo lo mucho que os va en tener su amistad y lo mucho que os ama, pasáis por esta pena de estar mucho con quien es tan diferente de vos.

6. ¡Oh bondad infinita de mi Dios, que me parece os veo y me veo de esta suerte! ¡Oh regalo de los ángeles, que toda me querría, cuando esto veo, deshacer en amaros! ¡Cuán cierto es sufrir Vos a quien os sufre que estéis con él! ¡Oh, qué buen amigo hacéis, Señor mío! ¡Cómo le vais regalando y sufriendo, y esperáis a que se haga a vuestra condición y tan de mientras le sufrís Vos la suya! ¡Tomáis en cuenta, mi Señor, los ratos que os quiere, y con un punto de arrepentimiento olvidáis lo que os ha ofendido!

He visto esto claro por mí, y no veo, Criador mío, por qué todo el mundo no se procure llegar a Vos por esta particular amistad: los malos, que no son de vuestra condición, para que nos hagáis buenos con que os sufran estéis con ellos siquiera dos horas cada día, aunque ellos no estén con Vos sino con mil revueltas de cuidados y pensamientos de mundo, como yo hacía. Por esta fuerza que se hacen a querer estar en tan buena compañía, miráis que en esto a los principios no pueden más, ni después algunas veces; forzáis vos, Señor, los demonios para que no los acometan y que cada día tengan menos fuerza contra ellos, y dáisselas a ellos para vencer. Sí, que no matáis a nadie ¡vida de todas las vidas! de los que se fían de Vos y de los que os quieren por amigo; sino sustentáis la vida del cuerpo con más salud y dáisla al alma.

Santa Teresa de Jesús
Libro de la Vida 8

miércoles, 25 de marzo de 2015

Apotegmas de un monje a sí mismo

Berruguete - La Anunciación

75.- La Encarnación del Hijo de Dios. Monje, ¿cómo alabar debidamente la misericordia de Dios todopoderoso, que viendo nuestra debilidad y nuestro extravío, decidió venir en persona a rescatarnos? Intenta buscar cuanto de limitado, cuanto de vergonzoso, cuanto de penoso hay en ti: todo eso lo asumió y lo soportó el Creador, simplemente, porque te amó. No sólo eso, monje: sólo quiso Dios encarnarse, contando con la libertad humana, tantas veces a él opuesta. Como María, podrá Dios con tu sí hacer obras grandes en ti. ¡Alabada sea su infinita misericordia!

lunes, 23 de marzo de 2015

Speculum Caritatis. Al hombre le fue concedido el poder ser bienaventurado

8.- Al hombre le fue concedido, en la misma creación universal, no sólo el existir, ni únicamente, como a las demás criaturas, el ser bueno, hermoso y ordenado, sino que se le otorgó también el poder ser bienaventurado. Pero ninguna criatura existe por sí misma, ni por sí misma es buena y hermosa, sino que todo ello lo recibe del que es; por ser éste en extremo bueno y hermoso, su bondad es fuente de todas las bondades, y su hermosura lo es de todas las bellezas creadas, y causa de todo cuanto existe.

9.- Sólo la criatura racional es capaz de esta bienaventuranza. Ella, en efecto, es creada a imagen de su Creador, y es idónea para adherirse a él, cuya imagen lleva; y esto es propio únicamente de la criatura racional, como dice el santo David:

Pero mi bien es estar adherido a Dios. Esta adhesión plena no procede de la carne, sino del espíritu, y en ella el Autor de la naturaleza insertó tres especies de cosas, por las cuales se hace el hombre partícipe de la divina eternidad, de su sabiduría, y saborea dar de su divina dulzura. A estas tres cosas las llamó memoria, entendimiento y amor o voluntad. Ciertamente, la memoria es capaz de la eternidad, la ciencia de la sabiduría, el amor de la dulzura. En estas tres cosas fue el hombre creado a imagen de la Santísima Trinidad. A Dios lo tenía presente por la memoria, sin peligro alguno de olvido, lo conocía por la ciencia sin miedo de error, y en apretado abrazo lo poseía por el amor, sin otro deseo de cosa alguna. En consecuencia, se sentía feliz, era bienaventurado.

Elredo de Rieval
El Espejo de la Caridad

domingo, 22 de marzo de 2015

San Cirilo de Alejandría. Cristo brotó en medio de nosotros como una espiga de trigo; murió y produce mucho fruto


Cristo fue la primicia de este trigo, él el único que escapó de la maldición, precisamente cuando quiso hacerse maldición por nosotros. Es más, venció incluso a los agentes de la corrupción, volviendo por sí mismo a la existencia libre entre los muertos. De hecho resucitó derrotando la muerte, y subió al Padre como don ofrecido, cual primicia de la naturaleza humana, renovada en la incorruptibilidad. Efectivamente, Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres —imagen del auténtico—, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros.

Que Cristo sea aquel pan de vida bajado del cielo; que además perdone los pecados y libere a los hombres de sus transgresiones ofreciéndose a sí mismo a Dios Padre como víctima de suave olor, lo podrás comprender perfectamente si, con los ojos de la mente, lo contemplas como aquel novillo sacrificado y como aquel macho cabrío inmolado por los pecados del pueblo. Cristo, en efecto, ofreció su vida por nosotros, para cancelar los pecados del mundo.

Por lo tanto, así como en el pan vemos a Cristo como vida y dador de vida, en el novillo lo vemos inmolado, ofreciéndose nuevamente a Dios Padre en olor de suavidad; y en la figura del macho cabrío lo contemplamos convertido por nosotros en pecado y en víctima por los pecados, así también podemos considerarlo como una gavilla de trigo. Qué puede representar esta gavilla, os lo explicaré en pocas palabras.

El género humano puede ser comparado a las espigas de un campo: nace en cierto modo de la tierra, se desarrolla buscando su normal crecimiento, y es segado en el momento en que la muerte lo cosecha. El mismo Cristo habló de esto a sus discípulos, diciendo: ¿No decís vosotros que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo os digo esto: Levantad los ojos y contemplad los campos, que están ya dorados para la siega; el segador ya está recibiendo el salario y almacenando fruto para la vida eterna.

Los habitantes de la tierra pueden, pues, compararse y con razón, a la mies de los campos. Y Cristo, modelado según nuestra naturaleza, nació de la Santísima Virgen cual espiga de trigo. En realidad, es el mismo Cristo quien se da el nombre de grano de trigo: Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. Por esta razón, Cristo se convirtió por nosotros en anatema, es decir, en algo consagrado y ofrecido al Padre, a la manera de una gavilla o como las primicias de la tierra. Una única espiga, pero considerada no aisladamente, sino unida a todos nosotros que, cual gavilla formada de muchas espigas, formamos un solo haz.

Pues bien, esta realidad es necesaria para nuestra utilidad y provecho y suple el símbolo del misterio. Pues Cristo Jesús es uno, pero puede ser considerado –y lo es realmente– como apretada gavilla, por cuanto contiene en sí a todos los creyentes, con una unión preferentemente espiritual. De lo contrario, ¿cómo por ejemplo hubiera podido escribir san Pablo: Nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él? Siendo él uno de nosotros, comulgamos con él en un mismo cuerpo y, mediante la carne, hemos conseguido la unión con él. Y ésta es la razón por la que, en otro lugar, él mismo dirige a Dios, Padre celestial, estas palabras: Padre, éste es mi deseo: que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros.

San Cirilo de Alejandría
Comentario sobre el libro de los Números (2: PG 69, 619-623)

sábado, 21 de marzo de 2015

La profecía que de su muerte hizo san Benito a sus monjes


En el mismo año que había de salir de esta vida, anunció el día de su santísima muerte a algunos de los monjes que vivían con él y a otros que estaban lejos; a los que estaban presentes les recomendó que guardaran silencio de lo que habían oído y a los ausentes les indicó la señal que les daría cuando su alma saliera del cuerpo. Seis días antes de su muerte mandó abrir su sepultura. Pronto fue atacado por la fiebre y comenzó a fatigarse a causa de su violento ardor.

Como la enfermedad se agravaba cada día más, al sexto día se hizo llevar por sus discípulos al oratorio, donde confortado para la salida de este mundo con la recepción del cuerpo y la sangre del Señor y apoyando sus débiles miembros en las manos de sus discípulos, permaneció de pie con las manos levantadas al cielo y exhaló el último suspiro, entre palabras de oración. En el mismo día, dos de sus monjes, uno que vivía en el mismo monasterio y otro que estaba lejos de él tuvieron una misma e idéntica visión.

Vieron en efecto un camino adornado de tapices y resplandeciente de innumerables lámparas, que en dirección a Oriente iba desde su monasterio al cielo. En la parte superior del camino, un hombre de aspecto venerable y lleno de luz les preguntó si sabían qué camino era el que estaban viendo. Al contestarle ellos que lo ignoraban, les dijo: "Éste es el camino por al cual el amado del Señor, Benito, ha subido al cielo".

Así, pues, los presentes vieron la muerte del santo varón y los ausentes la conocieron por la señal que les había dado. Fue sepultado en el oratorio de San Juan Bautista, que él mismo había edificado sobre el destruido altar de Apolo. Y tanto aquí como en la cueva de Subiaco, donde antes había habitado, brilla hasta el día de hoy por sus milagros, cuando lo merece la fe de quienes los piden.

San Gregorio Magno
Libro 2 de los Diálogos 37

jueves, 19 de marzo de 2015

Santa Teresa de Jesús. Trata de cómo tomó por medianero y abogado al glorioso San José.


6. Comencé a hacer devociones de misas y cosas muy aprobadas de oraciones, que nunca fui amiga de otras devociones que hacen algunas personas, en especial mujeres, con ceremonias que yo no podía sufrir y a ellas les hacía devoción; después se ha dado a entender no convenían, que eran supersticiosas. Y tomé por abogado y señor al glorioso San José y encomendéme mucho a él. Vi claro que así de esta necesidad como de otras mayores de honra y pérdida de alma este padre y señor mío me sacó con más bien que yo le sabía pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado Santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra que como tenía el nombre de padre, siendo ayo, le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide.

Esto han visto otras algunas personas, a quien yo decía se encomendasen a él, también por experiencia; y aun hay muchas que le son devotas de nuevo, experimentando esta verdad.

7. Procuraba yo hacer su fiesta con toda la solemnidad que podía, más llena de vanidad que de espíritu, queriendo se hiciese muy curiosamente y bien, aunque con buen intento. Mas esto tenía malo, si algún bien el Señor me daba gracia que hiciese, que era lleno de imperfecciones y con muchas faltas. Para el mal y curiosidad y vanidad tenía gran maña y diligencia. El Señor me perdone.

Querría yo persuadir a todos fuesen devotos de este glorioso Santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios, que no la vea más aprovechada en la virtud; porque aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomiendan. Paréceme ha algunos años que cada año en su día le pido una cosa, y siempre la veo cumplida. Si va algo torcida la petición, él la endereza para más bien mío.

8. Si fuera persona que tuviera autoridad de escribir, de buena gana me alargara en decir muy por menudo las mercedes que ha hecho este glorioso Santo a mí y a otras personas; mas por no hacer más de lo que me mandaron, en muchas cosas seré corta más de lo que quisiera, en otras más larga que era menester; en fin, como quien en todo lo bueno tiene poca discreción. Sólo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no me creyere, y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción. En especial, personas de oración siempre le habían de ser aficionadas; que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los ángeles en el tiempo que tanto pasó con el Niño Jesús, que no den gracias a San José por lo bien que les ayudó en ellos. Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo por maestro y no errará en el camino. Plega al Señor no haya yo errado en atreverme a hablar en él; porque aunque publico serle devota, en los servicios y en imitarle siempre he faltado.

Pues él hizo como quien es en hacer de manera que pudiese levantarme y andar y no estar tullida; y yo como quien soy, en usar mal de esta merced.

Santa Teresa de Jesús
Libro de la Vida 6

miércoles, 18 de marzo de 2015

San Braulio de Zaragoza

Santos Braulio de Zaragoza e Isidoro de Sevilla

Celebramos hoy la memoria de san Braulio, el biógrafo de san Millán de la Cogolla y obispo de la Zaragoza visigótica. Hacia el penúltimo decenio del siglo VI nace Braulio. Los nombres de los miembros todos de su familia revelan claramente el origen hispano-romano de ésta; y como el mismo padre, Gregorio, terminó siendo obispo, según parece indicarlo un himno de San Eugenio, de una diócesis no identificada —¿tal vez de Osma?—, se nos ofrece aquí un ejemplar no raro en aquella época —baste recordar el del mismo San Isidoro, con dos hermanos obispos, Leandro y Fulgencio, y una hermana abadesa, Florentina— de una familia ilustre, de probada ortodoxia y religiosidad, con fácil y casi hereditario acceso a las altas jerarquías eclesiásticas.

La primera formación piadosa y cultural la recibió Braulio de su hermano mayor, Juan, a quien llama su maestro en la vida común, en la piedad y en la doctrina; verosimilmente, en la escuela aneja al monasterio de Santa Engracia, en la misma Zaragoza, del que debió de ser abad dicho Juan, antes de su promoción al episcopado.

Con tan competente maestro logró Braulio adquirir aquella perfecta y amplia formación, de la que tan gallarda muestra nos dejó particularmente en su epistolario, no sólo en todo el ámbito entonces explorado de las ciencias eclesiásticas, sino también en las letras clásicas y aun en la poesía y la música, ya que también Braulio, como su maestro Juan y su discípulo Eugenio, llegará a componer la letra y la melodía de himnos sagrados, que fueron incorporados a la liturgia de la iglesia visigótica. Pero la plenitud y madurez de esta formación hubo de cuajar en la escuela y al lado del gran San Isidoro de Sevilla. Empujado por la sed, nunca apagada, de aprender y atraído por el prestigio de este gran doctor de la iglesia española, se traslada Braulio a Sevilla.

De regreso ya Braulio en Zaragoza y nombrado arcediano de la misma, probablemente al ser promovido el año 619 a la sede episcopal su hermano Juan, le escribe Isidoro llamándole carísimo y dilectísimo hermano. Fue promovido, al morir de su hermano Juan, el año 631, a la sede episcopal de Zaragoza. Su presencia junto a san Isidoro en el IV Concilio de Toledo debió de ser el último encuentro de los dos grandes amigos. Pero al fallecer, tres años más tarde, el arzobispo de Sevilla, Braulio viene a recoger, como por natural sucesión, la herencia moral y el prestigio de aquél, y a constituirse la primera figura de la iglesia española.

Ya en sus últimas cartas anteriores venía hablando con frecuencia el obispo de Zaragoza de la debilidad de sus fuerzas, de su inutilidad, de sus preocupaciones y contrariedades, compañeras inseparables del cargo pastoral, pero que se hacen más sensibles cuando las energías corporales van perdiendo su poder de resistencia, de sus achaques, en especial de su falta de vista, cansada, sin duda, en la lectura asidua de códices enrevesados y de letra difícil; pero en la última carta nos dice algo más concreto: esperando estoy cada día el fin de mi doliente condición mortal. Y este presentimiento, que para el Santo era una esperanza, se cumplió el mismo año de 651, fecha de la muerte de San Braulio.

Su mejor elogio fúnebre pudo ser el que en su carta le dirigía el mismo San Fructuoso, y que no era sino la expresión del común sentir de la iglesia visigótica contemporánea: "Damos gracias incesantes a nuestro Creador y Señor, que en estos últimos tiempos ha hecho que seáis tal y tan grande pontífice, que en el mérito de la vida y el don de la doctrina sigáis en todo los ejemplos apostólicos, digno de alcanzar la inefable gloria de la patria suprema, junto con aquellos cuya vida incontaminada imitáis en este tempestuoso mundo."

martes, 17 de marzo de 2015

San Patricio

Martirologio Romano para hoy.- San Patricio, obispo, que, siendo joven, fue llevado cautivo desde Gran Bretaña a Irlanda, y después, recuperada la libertad, quiso ser contado entre los clérigos y regresar a la misma isla, donde, hecho obispo, anunció con vehemencia el Evangelio y organizó con firmeza la Iglesia, hasta que en la ciudad de Down se durmió en el Señor (461).

Tiépolo - San Patricio

Muchos pueblos renacieron a Dios por mí

Sin cesar doy gracias a Dios que me mantuvo fiel en el día de la prueba. Gracias a él puedo hoy ofrecer con toda confianza a Cristo, quien me liberó de todas mis tribulaciones, el sacrificio de mi propia alma como víctima viva, y puedo decir: ¿Quién soy yo, y cuál es la excelencia de mi vocación, Señor, que me has revestido de tanta gracia divina? Tú me has concedido exultar de gozo entre los gentiles y proclamar por todas partes tu nombre, lo mismo en la prosperidad que en la adversidad. Tú me has hecho comprender que cuanto me sucede, lo mismo bueno que malo, he de recibirlo con idéntica disposición, dando gracias a Dios que me otorgó esta fe inconmovible y que constantemente me escucha. Tú has concedido a este ignorante el poder realizar en estos tiempos esta obra tan piadosa y maravillosa, imitando a aquellos de los que el Señor predijo que anunciarían su Evangelio para que llegue a oídos de todos los pueblos. ¿De dónde me vino después este don tan grande y tan saludable: conocer y amar a Dios, perder a mi patria y a mis padres y llegar a esta gente de Irlanda, para predicarles el Evangelio, sufrir ultrajes de parte de los incrédulos, ser despreciado como extranjero, sufrir innumerables persecuciones hasta ser encarcelado y verme privado de mi condición de hombre libre, por el bien de los demás?

Si Dios me juzga digno de ello, estoy dispuesto a dar mi vida gustoso y sin vacilar por su nombre, gastándola hasta la muerte. Mucho es lo que debo a Dios, que me concedió gracia tan grande de que muchos pueblos renacieron a Dios por mí. Y después les dio crecimiento y perfección. Y también porque pude ordenar en todos aquellos lugares a los ministros para el servicio del pueblo recién convertido; pueblo que Dios había llamado desde los confines de la tierra, como lo había prometido por los profetas: A ti vendrán los paganos, de los extremos del orbe, diciendo: «Qué engañoso es el legado de nuestros padres, qué vaciedad sin provecho». Y también: Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.

Allí quiero esperar el cumplimiento de su promesa infalible, como afirma en el Evangelio: Vendrán de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob. Como lo afirma nuestra fe, los creyentes vendrán de todas partes del mundo.

De la Confesión de san Patricio (Caps 14-16: PL 53,808-809)

viernes, 13 de marzo de 2015

Apotegmas de un monje a sí mismo

Memling  La Virgen mostrando al Varón de Dolores

74.- La Pasión del Señor. Monje, ¿qué contemplas en Jesús cuando fue insultado, cuando con mentiras procuraron su ejecución, cuando fue desnudado y bárbaramente azotado, cuando arrancaron a trozos con extremo dolor su piel y su carne, cuando se burlaron de él coronándolo de espinas, cuando lo condenaron a muerte, cuando arrastró el madero de la cruz entre las burlas de Jerusalén, cuando taladraron sus miembros y lo levantaron en alto, cuando sufrió la atrocidad de la asfixia y cuando, por fin, expiró entre la furia de sus enemigos? ¿Realmente consigues ver la revelación de la gloria del Dios en semejante fracaso? Ni siquiera la Madre del Señor, traspasada de dolor, pudo llegar tan lejos. Sólo la gloria del Resucitado confirió sentido a una entrega tan llena de amor. Alaba, pues, monje, con todas las fuerzas de su ser, la humillación a través de la cual llegó el Señor a la gloria de la Pascua.

jueves, 12 de marzo de 2015

Apotegmas de un monje a sí mismo


73.- Se entregó por nosotros. Monje, de entre los dones que el Señor te ha concedido, tal vez el más entrañable sea el de poder participar en su Sagrado Banquete. Él se ha hecho alimento para tu peregrinación por este mundo, él sacrificó su entera existencia por tu salvación, él te ha dejado su Cuerpo y su Sangre para permanecer siempre contigo. Aquella noche, monje, celebrando el banquete ritual de la Pascua, te dejó el memorial de la nueva y eterna alianza, liberando a toda la creación de la esclavitud del pecado y de la muerte. Que tu boca nunca calle, monje, en la alabanza de tanta bondad.

miércoles, 11 de marzo de 2015

San Sofronio de Jerusalén


Nos recuerda hoy el Martirologio romano la santidad de san Sofronio de Jerusalén. Nació en Damasco y desde pequeño estudió tan excesivamente, que estuvo a punto de quedar ciego; pero gracias a eso el santo llegó a ser tan versado en la filosofía griega, que recibió el sobrenombre de "el sofista".  Junto con su amigo, el célebre ermitaño Juan Mosco, viajó mucho por Siria, Asia Menor y Egipto, donde tomó el hábito de monje, el año 580. Los dos amigos vivieron juntos durante varios años en la "laura" de San Sabas y el monasterio de Teodosio, cerca de Jerusalén. 

Su deseo de mayor mortificación los llevó a visitar a los famosos ermitaños de Egipto. Después fueron a Alejandría, donde el patriarca San Juan el Limosnero les rogó que permaneciesen dos años en su diócesis para ayudarle a reformarla y a combatir la herejía. En dicha ciudad fue donde Juan Mosco escribió el "Prado Espiritual", que dedicó a San Sofronio. Juan Mosco murió hacia el año 620, en Roma, a donde había ido en peregrinación. 

San Sofronio retornó a Palestina y fue elegido patriarca de Jerusalén, por su piedad, saber y ortodoxia. En cuanto tomó posesión de la sede, convocó a todos los obispos del patriarcado para condenar la herejía monotelita y compuso una carta sinodal, en la que exponía y defendía la doctrina católica. Esa carta, que fue más tarde ratificada por el sexto Concilio Ecuménico, llegó a manos del Papa Honorio y del patriarca de Constantinopla, Sergio, quien había aconsejado al Papa que escribiese en términos evasivos acerca de la cuestión de las dos voluntades de Cristo. 

Parece que Honorio no se pronunció nunca sobre el problema; su silencio fue muy poco oportuno, pues producía la impresión de que el Papa estaba de acuerdo con los herejes.  Sofronio, viendo que el emperador y muchos prelados del oriente atacaban la verdadera doctrina, se sintió llamado a defenderla con mayor celo que nunca. 


Llevó al Monte Calvario a su sufragéneo, Esteban, obispo de Dor y ahí le conjuró, por Cristo Crucificado y por la cuenta que tendría que dar a Dios el día del juicio, "a ir a la Sede Apostólica, base de toda la doctrina revelada, e importunar al Papa hasta que se decidiese a examinar y condenar la nueva doctrina". Esteban obedeció y permaneció en Roma diez años, hasta que el Papa San Martín I, condenó la herejía monotelita, en el Concilio de Letrán, el año 649.

Pronto tuvo San Sofronio que enfrentarse con otras dificultades. Los sarracenos habían invadido Siria y Palestina; Damasco había caído en su poder en 636; y Jerusalén en 638. El santo patriarca, había hecho cuanto estaba en su mano por ayudar y consolar a su grey, aun a riesgo de su vida.  Cuando los mahometanos sitiaban la ciudad, San Sofronio tuvo que predicar en Jerusalén el sermón de Navidad, pues era imposible ir a Belén en aquellas circunstancias. El santo huyó después de la caída de la ciudad y, según parece, murió al poco tiempo, probablemente en Alejandría. Además de la carta sinodal, San Sofronio escribió varias biografías y homilías, así como algunos himnos y odas anacreónticas de gran mérito.

martes, 10 de marzo de 2015

Speculum Caritatis. Qué bien resulta más adecuado a la criatura racional que la bienaventuranza?

6.-  Por tanto, para que no parezca que callamos el modo en que cada criatura subsiste y cuál sea a cada una de ellas más conveniente, pregunto: ¿Qué bien resulta más adecuado a la criatura racional que la bienaventuranza, si es justa?, o ¿qué otra cosa le cuadra mejor que la miseria, si es inicua? En fin, ¿qué modo es el más adecuado para la criatura irracional, e incluso para la insensible, sino servir a la felicidad o cooperar a la desgracia de aquellos seres racionales, ya que ellas por naturaleza no pueden ser bienaventuradas ni infelices? Con atinado acierto dijo un sabio que el agua, el fuego, el hierro, la sal, el trigo, la miel, la leche, el vino, el aceite y el vestido, todas estas cosas son buenas para los piadosos, más para los pecadores se convierten en males. No discuta, por consiguiente, el hombre por qué le ha tocado un lugar común con los animales, ya que fue puesto en honor, y no lo entendió; y no sólo tiene el lugar común, sino que se le ha comparado con las bestias insensatas y se ha hecho semejante a ellas.

7.- Ahora se ha de advertir y predicar igualmente la sabiduría del Creador, que, aunque no sea el autor y provocador de los males, es, sin embargo, prudentísimo ordenador de estos mismos males. ¿Por qué, pues, oh dulcísimo y omnipotentísimo Señor, no dejas que el mal sea para mal, que por él se ponga en riesgo tu eterno propósito, a fin de que tu misma omnipotencia aparezca más clara, más suave tu misericordia y más admirable tu sabiduría, sacando con tu divino poder bienes de los males, ordenando sabiamente las desordenadas cosas y regalando misericordiosamente la bienaventuranza a los miserables?

Elredo de Rieval
El Espejo de la Caridad

lunes, 9 de marzo de 2015

Santa Francisca Romana


Celebramos hoy la memoria de santa Francisca Romana, que nació en Roma, hija de padres nobles y ricos. Fue bautizada en la vecina Basilica de Sant'Agnese in Agone. A los doce años de edad decidió ser monja, pero sus padres la casaron con Lorenzo Ponziano, comandante de las tropas papales en Roma. Fue un matrimonio bastante feliz. Lorenzo admiraba a su esposa y a su hermana Vannozza, quienes rezaban y visitaban a los pobres y enfermos, inspirando a otras mujeres a hacer lo mismo. Después de algunos años casados, con el acuerdo de su esposo, y ya siendo madre de tres hijos varones, Francisca empezó a vivir en castidad.

Francisca y Lorenzo perdieron a dos de sus hijos por la plaga de la peste negra. Este sufrimiento los sensibilizó a las necesidades de los pobres. En esa época, Roma se hallaba en un estado deplorable hasta el punto de que se veían lobos andando por las calles. Lorenzo servía al papa romano en sus guerras contra los varios pretendientes al papado en el Cisma de Occidente. Durante una ausencia debida a su exilio en el Estado Ponziano, muchas de las propiedades de Lorenzo fueron arruinadas. Fue herido gravamente por las fuerzas napolitanas mientras ocupaban Roma a prinicipios del siglo XV, y Francisca lo cuidó hasta su muerte en el año 1436, después de cuarentas años de matrimonio.

Según una leyenda, el comandante de las tropas napolitanas exigió a su último hijo, Battista, como rehén. Obedeciendo esta orden por mandato de su director espiritual, Francisca llevó al chico al Campidoglio. En el camino, se detuvo en la Basílica de Santa María en Aracoeli, y confió la vida de su hijo amado a la Santísima Virgen. Cuando llegaron al lugar convenido, los soldados trataron de montar al muchacho en un caballo para llevarlo como cautivo; sin embargo, el caballo se negó a moverse, a pesar de muchas palizas. Los soldados juzgaron que era un acto de Dios y devolvieron el muchacho a su madre.

El 15 de agosto de 1425, día de la Asunción, Francisca, junto con nueve compañeras, hizo su oblación a la abadía de Santa Maria Nuova, con lo que se convirtió en miembro de la cofradía de oblatas benedictinas bajo la dirección de los monjes olivetanos, pero ni con clausura ni con votos, para poder seguir el modelo de una vida que combinaba la contemplación con el servicio a los necesitados de la ciudad.

En marzo de 1433 fundó el monasterio de Tor de'Specchi para las oblatas, quienes querían seguir una vida en común. La comunidad recibió la aprobación del Papa Eugenio IV el 4 de julio del mismo año, siendo una congregación religiosa de oblatas con votos privados, con obediencia a los monjes olivetanos. Todavía es la única comunidad de la congregación.

Con la muerte de su esposo, Francisca se mudó al monasterio y se hizo Hermana Presidente de la comunidad.1 Durante estos años, creció su vida de contemplación. Tuvo la gracia de los milagros, el éxtasis y la visión de su ángel de la guarda. Se destacaba por su humildad, obediencia y paciencia. Francisca murió el 9 de marzo de 1440 y el Papa Paulo V la canonizó el 9 de mayo de 1608.

sábado, 7 de marzo de 2015

Tránsito de santo Tomás de Aquino en la Abadía de Fossanova


En el monasterio de Fossanova, de la Orden Cisterciense, en el Lacio, tránsito de santo Tomás de Aquino, cuya memoria se celebra el día veintiocho de enero (1274).

Este anuncio del Martirologio Romana para la presente jornada nos lleva a un bello monasterio italiano, habitado actualmente por una comunidad de franciscanos. La abadía de Fossanova se encuentra en la provincia de Latina, unos 67 kilómetros al sudeste de Roma. Es el ejemplo más fino de la arquitectura cisterciense en Italia, que supuso la introducción del gótico inicial de influencia borgoñona.


Se construyó entre finales del siglo XII y principios del siglo XIII. La iglesia (1187 - 1208) es bastante similar a la Abadía de Casamari. Los otros edificios conventuales son también dignos de mención. Santo Tomás de Aquino murió en esta abadía en 1274. Su abadía madre era la Abadía de Hautecombe y sus abadías hijas eran Santo Stefano del Bosco (1192-1514), Marmosoglio (1167-1396), Corazzo (1173-1809), Ferraria (1179-1807) y Zannone (1246-1295).


El recuerdo de la muerte de santo Tomás se conserva en una capilla, ubicada en una torre, donde el santo pasó las últimas horas de su vida, al haber emprendido el camino hacia Lyon, donde se iba a celebrar un concilio.

viernes, 6 de marzo de 2015

Apotegmas de un monje a sí mismo

Catedral de Palencia - Cristo de las Batallas

71.- Velar con el Señor. Monje, la última noche de la vida de Jesús fue, también, la de más intenso combate. No sólo tuvo que superar el instinto humano por la supervivencia, ni simplemente dominar la repugnancia al sufrimiento; no sólo tuvo que soportar la tristeza de saberse traicionado por uno de sus amigos, ni además que vencer la rabia al ser injustamente difamado por unos malvados: también tuvo que luchar contra el malvado embaucador que, como ya había hecho en el desierto, pretendía engañarle con la misma desobediencia humana que echó a perder el Paraíso. Aquella noche se enfrentó Jesús, cara a cara, con el oscuro poder del Maligno, que quería apartarle de la Cruz. Por eso, monje, no te entregues al sueño del pecado, sino procura mantenerte vigilante junto al Señor. Aunque los discípulos lo abandonaron, la fuerza del Espíritu Santo que nos dejó no te abandonará a ti.

jueves, 5 de marzo de 2015

Mensaje para la Cuaresma de 2015 del Patriarca Ecuménico Bartolomé de Constantinopla

La Cuaresma nos une en el camino de oración, ayuno y caridad, para celebrar el gran misterio de Cristo resucitado. Por eso, leemos hoy la Encíclica que ha dirigido a los fieles cristianos el Patriarca Ecuménico. Sirvan sus palabras para ayudarnos en nuestro camino de conversión


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BARTOLOMÉ
POR LA MISERICORDIA DE DIOS
ARZOBISPO DE CONSTANTINOPLA - NUEVA ROMA
A TODA LA PLENITUD DE LA IGLESIA
GRACIA Y PAZ DE NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO
Y DE NOSOTROS ORACIÓN, BENDICIÓN Y PERDÓN

“Comienza la etapa de las virtudes. Venid, los que queráis participar”. (Oficio del Domingo del Perdón).

Nuestro Señor Jesucristo nos injerta en Su cuerpo y nos llama a ser santos "como yo", dice, "soy santo" (1Ped. 1:16). Nuestro Creador desea que tengamos comunión con Él y disfrutar su gracia, a participar es decir en su santidad. La comunión con Dios es una vida de arrepentimiento y de santidad, y el alejamiento de la misma, el pecado, es identificado por los Padres de la Iglesia como la "maldad del corazón." El "pecado no es de la naturaleza, sino de la mala intención" (Teodoreto de Ciro, Diálogo A- immutabilis, PG 83, 40D) y del mal espíritu y "nadie peca profesando la fe”, según el teóforo Ignacio.

La santidad es propiedad del Señor, que es “el que ofrece y el que recibe, el dador y el divulgador". El oficiante por la gracia del Sacramento de la Eucaristía ofrece a los fieles “los santos dones a los santos”, el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y recibe enseguida de parte de la plenitud de los ortodoxos la respuesta de la ofrenda que “un solo santo, un solo Señor, Jesucristo, a la gloria de Dios Padre ", el “siempre consumido y nunca desgastado, que santifica a los participantes".

En la lucha humana para conseguir la “semejanza” con Dios, por el cual fue creado, es decir la santidad, tiene como objetivo exclusivamente la salvación del hombre, la Una, Santa, Católica y Apostólica Ortodoxa Iglesia "debidamente proclamó" un período del año como tiempo de especial oración y súplica, para apaciguar los sufrimientos del alma y el cuerpo.

Este período que comienza mañana es la preparación salvadora para la "Pascua grande de Cristo." Es la Santa Gran Cuaresma, que debemos vivir “rezando y solicitando perdón "para degustar verdaderamente la Pascua" con todos los santos ", al convertirnos en “santos” por la confesión ante Dios y los hombres que somos “piezas de barro” "aplastados por el mal todos los días, “caídos y resucitados”. Confesemos pues nuestra imperfección humana y debilidad y nuestra nulidad delante de Dios, arrepentidos y repitiendo mañana y noche, al mediodía, todo el tiempo y a todas horas, a pesar de ser “santos” a través del bautismo, “un solo santo, un solo Señor, Jesucristo, a la gloria de Dios Padre”.

Llamamos, pues, a todos los fieles ortodoxos, clérigos, monjes y monjas, hermanos e hijos, a transformar nuestra vida, siempre por cierto, sobre todo durante este período de la Santa y Gran Cuaresma, en amor hacia el prójimo e intento de preparación para la participación más impresionante desde aquí en adelante en el reino sin ocaso del Señor, la "nueva Pascua". Invitamos a todos los que viven en santidad y lucha espiritual para que sea regalada a la gente y a nosotros como "una dosis benevolente" y "una donación perfecta" la posibilidad de superar el pecado, porque "todo aquel que es nacido de Dios no comete pecado [..] y no puede pecar aquel que nace de Dios "(1 Jn. 3: 9-10).

Entremos, pues, con toda nuestra alma, no con mal humor sino con alegría y gozo, en esta etapa de las virtudes espirituales y armados " del brillo del amor, el resplandor de la oración, la pureza de la castidad, la fuerza del valor," y acompañemos al Señor, suplicando para que no se "malogre la distancia que nos separa de Él" (Gloria de la Cruz), pero nuestro reclamo, “como llegar este mundo radiantes en el santo día resplandeciente y perpetuo de la Resurrección" (oficio del Lunes de la 1ª semana de Cuaresma).
Hermanos e hijos en Cristo,

La Cuaresma es un tiempo de preparación y voz de arrepentimiento de nuestra conciencia, la cual, interior y inexpresable, es nuestro juicio personal. Cuando nos encuentra fallando protesta intensamente, porque “no hay nada más pesado en este mundo”, según el predicador de la experiencia de arrepentimiento San Andrés de Creta. Por lo tanto, se debe apaciguar la conciencia de cada uno, a través del arrepentimiento, para que “quemando la conciencia ofrezcamos una plenitud mística", sacrificando nuestras pasiones y ofreciéndolas en amor y sacrificio por el prójimo, como el Señor mismo para "un mundo de vida y salvación ". Sólo entonces se levantará por nosotros de la tumba y pediremos perdón y viviremos como humanos en el respeto mutuo y en amor lejos de ellos que vemos durante estos días de horrendos crímenes que afectan a toda la humanidad. En esta lucha tenemos como aliados y embajadores a todos los santos, e incluso la Santa Madre de nuestro Señor, que a través de sus súplicas es otro depurador "lavado de conciencia."

Por lo tanto, animo y ruego, como Padre espiritual, a nuestros fieles ortodoxos en el mundo y a todos los demás a actuar en conciencia a partir de mañana que comienza el período de virtudes, "no pensar sin fundamento, y no actuar delictivamente", pero avanzar en Gracia para limpiar las conciencias "opinión benevolente" a través del arrepentimiento, teniendo la certeza de que los cielos y la tierra y todo lo "visible e invisible" se tranquilicen bajo la luz de la Resurrección del Señor.

Nosotros estamos, "ante las puertas del templo del Señor", si nos comportamos dignamente y nos vestimos la luminosa túnica de imitación de Cristo y para ser dignos de la nueva “identidad “que proviene de la Fuente de la inmortalidad, degustando la alegría de la dichosa tumba del Señor y reuniéndonos en la Iglesia "hasta lo más alto del lugar de sacrificio". Dios lo quiera.

Santa y Gran Cuaresma 2015
+Bartolomé de Constantinopla
Ferviente intercesor ante Dios por todos vosotros

miércoles, 4 de marzo de 2015

San Pedro, Abad de Cava

En el monasterio de Cava, en la Campania, san Pedro, que habiendo seguido desde su juventud vida eremítica, fue elegido obispo de Policastro, pero cansado del estrépito de la vida exterior, regresó al monasterio, donde, constituido abad, restableció admirablemente la disciplina (1123).

El Martirologio romano nos lleva hoy a uno de los Monasterios más célebres del sur de Italia: Cava de' Tirreni. Pedro de Cava o Pedro de Pappacarbone (Salerno, Campania, c. 1038 - Cava de' Tirreni, 1123) fue un obispo y abad benedictino italiano. Es recordado como abad tercero de la Abadía de Cava. Nacido en Salerno, era sobrino de Alfiero de Pappacarbone, noble salernitano que se había retirado par ahacer una vida heremítica y había fundado la Abadía de Cava, puesta bajo la observancia benedictina. Pedro ingresó bajo el mando del abada León I. Marchó a la Abadía de Cluny, doonde estuvo entre 1062 y 1068, y fue obispo de Policastro y, entre 1067 y enero de 1072, fue abad de San Arcangelo nel Cilento.

Fue elegido entonces coadjutor de la abadía de Cava por León I, hacia 1072 y renunció al obispado. Poco después, en noviembre de 1078 se convirtió en abad. Su mandato fue muy riguroso. Amplió el monasterio y consolidó la relación con otros monasterios que dependían, constituyendo una congregación benedictina sobre el modelo de la Congregación de Cluny. Creó así la llamada Orden de Cava, que acabó teniendo un papel relevante en el sur de Italia. Redactó las Constitutiones Cavensis a partir de les constituciones de Cluny. En 1092 recibió en la abadía el papa Urbano II, que consagró la basílica. Renunció al cargo después de muchos años de gobierno y murió haciendo vida hermética en la cueva de Arsicia, cerca de la abadía. Le sucedió Constable, que era entonces el coadjutor.

Con tal motivo, vamos a visitar el Monasterio de Cava, a través de un reportaje de la Televisión Italiana, con motivo de su milenario, el año 2011.

martes, 3 de marzo de 2015

Speculum Caritatis. Bondad y belleza de la Creación

4.-  Nuestro Dios, a quien corresponde el sumo e inmutable ser, y de quien es propio el existir siempre, como dice David: Tú siempre eres el mismo, a todas sus criaturas distribuye estas tres cosas: naturaleza, especie y uso. A su naturaleza se debe que sean buenas, a su especie que sean hermosas y al uso que estén bien ordenadas a su fin. El que hizo que tuviesen ser, hizo también que fuesen buenas, e igualmente hermosas y bien ordenadas. Todas las cosas son buenas al tener origen en un ser perfectísimo e inmutable, aquél por quien todas han sido hechas; como él es la suma perfección e inmutable sabiduría, todas las cosas están bien ordenadas. Son, por tanto, buenas por naturaleza, hermosas por la especie y bien ordenadas para el decoro de la universalidad. 

5. - Vio Dios todas las cosas que había hecho, y eran muy buenas. Así pues, en cuanto existen, son buenas; en tanto forman parte de un todo armónico, son hermosas; y en cuanto cada cosa dentro de esa universalidad ocupa su correspondiente lugar, tiempo y modo, se dice que están óptimamente ordenadas. Pues cada cosa, conforme a su naturaleza, tiene un lugar propio en donde estar; así, por ejemplo, el ángel en el cielo y los seres irracionales en la tierra, mientras que el hombre, por ocupar un lugar intermedio, fue colocado en el centro del Paraíso. Lo mismo decimos del tiempo, tanto de la duración como del momento de su aparición; o sea, del cuándo y en qué tiempo, pues en la hermosura de esta universalidad hay naturalezas que empiezan a existir todas a la vez y nunca dejarán de existir, como es la naturaleza angélica; otras, de ningún modo comienzan a existir todas juntamente, pero no abandonan lo adquirido ni ellas mismas dejan de ser, y tal ocurre con la naturaleza humana; y otras, finalmente, no empiezan al mismo tiempo y alguna vez dejarán de existir, como sucede a los irracionales. 
Elredo de Rieval
El Espejo de la Caridad

lunes, 2 de marzo de 2015

La Camáldula de Bieniszew


Bieniszew es un pueblo dentro del condado de Konin (El condado de Konin), Wielkopolskie (Wielkopolskie) (Mayor) Voivodeship, en Polonia occidental (Polonia). El lugar es famoso de su grande Camaldolese (Camaldolese) Monasterio – Eremus ss. Quinque Martyrum – Ermitage de Five Martyred Brothers. Bieniszew se considera como el lugar de martirio de cinco monjes: John, Benedict, Mathew, Isaac, Kristin – tradicionalmente conocido ser los primeros monjes Camaldolese polacos.

La fundación del monasterio comenzó a principios del XVII, cuando en 1621 fr. Silvanus Boselli buscó el patrocinio y la dirección en la Magnífica Corona Mariscal Mikołaj Wolski, que era un fundador del primer monasterio de Camaldolese en Polonia, en Bielany cerca de Cracovia). Pero esta tentativa era fracasada y durante los próximos cuarenta años ningún progreso se hizo. Entonces fr. Boselli juntos con fr. Hieronim Krasowski comenzó otra tentativa de persuadir esta vez a un gobernador de Radziejów Albert Kadzidłowski a ser un fundador de un nuevo monasterio. Al principio era circunstancias poco dispuestas pero extraordinarias y los acontecimientos le persuaden a dejar van. Consintió en dar a los monjes sólo una parte del bosque del roble juntos con la Montaña del Búho y concedió al derecho de pescar en el lago Skąpe y cortar árboles en el bosque. Un acto real confirmó esa subvención el 1 de agosto de 1663. Pronto los monjes comenzaron a construir una iglesia de madera, que sobrevivió casi veinte años. La primera masa se celebró el 17 de octubre de 1666. En 1741, el fuego destruyó casi la iglesia entera con su gran altar principal, pintura maravillosa de Mary con Jesús y la parte de la biblioteca. 6 años más tarde la erección de la nueva iglesia de ladrillo comenzó. A causa de la situación financiera pobre del monasterio se necesitaron casi 34 años. Se bendijo en 1797 sólo unos años después de que Polonia fue dividida en tres invasores: Rusia, Prusia y Austria – comúnmente conocido como Particiones de Polonia. Al principio Bieniszew estaba en la partición prusiana pero después de la cruzada de Napoleón Bonaparte a través de Europa vino bajo Rusia. Durante este tiempo el número de monjes disminuía, en 1810 había sólo cinco padres, que era insuficiente para elegir a un nuevo abad. En 1819 el monasterio se disolvió.

Los monjes volvieron a Bieniszew en 1937 y el 2 de julio ese año, el monasterio se bendijo de nuevo. Pero pronto la Segunda Guerra Mundial hizo erupción y los monjes estaban en el peligro otra vez. Enviaron a algunos padres a campos de concentración principalmente en Dachau y Ravensbruck. Sólo fr. Florian Niedźwiadek sobrevivió la guerra. El claustro y otros edificios fueron ocupados por la organización de Hitlerjugend, que destruyó casi todo: altares, pinturas, puestos, libros litúrgicos y buques. Además abrieron tumbas y dispersaron huesos de monjes dentro del bosque.

Después de la guerra, Camaldolese devolvió a Bieniszew y comenzó a reconstruir lo que se destruyó. El trabajo de restauración duró casi 30 años. En 2003 el monasterio celebró el 1000 aniversario de Cinco Martirio de Hermanos. Las celebraciones se enteraron de que los miles de peregrinos y durante un par de días convirtieron esta ermita en un centro religioso. En 2008 había dos padres y 6 hermanos en el monasterio.

domingo, 1 de marzo de 2015

Apotegmas de un monje a sí mismo


70.- Confía en el Señor. Monje, con Jesús has marchado al desierto, donde todo depende de la misericordia del Altísimo, donde la tentación se alía con tu debilidad para engañarte y extraviarte. Pero también con Jesús, monje, te es permitido subir al monte excelso sobre el que Cristo te muestra su divinidad a través del velo de la carne, atestiguada por la Ley y los Profetas. Toda tu vida se mueve, pues, entre ambos lugares sagrados: ni temas tu debilidad, ni dejes nunca de refugiarte a la sombra del omnipotente.