70.- Confía en el Señor. Monje, con Jesús has marchado al desierto, donde todo depende de la misericordia del Altísimo, donde la tentación se alía con tu debilidad para engañarte y extraviarte. Pero también con Jesús, monje, te es permitido subir al monte excelso sobre el que Cristo te muestra su divinidad a través del velo de la carne, atestiguada por la Ley y los Profetas. Toda tu vida se mueve, pues, entre ambos lugares sagrados: ni temas tu debilidad, ni dejes nunca de refugiarte a la sombra del omnipotente.
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