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Berruguete - La Anunciación |
75.- La Encarnación del Hijo de Dios. Monje, ¿cómo alabar debidamente la misericordia de Dios todopoderoso, que viendo nuestra debilidad y nuestro extravío, decidió venir en persona a rescatarnos? Intenta buscar cuanto de limitado, cuanto de vergonzoso, cuanto de penoso hay en ti: todo eso lo asumió y lo soportó el Creador, simplemente, porque te amó. No sólo eso, monje: sólo quiso Dios encarnarse, contando con la libertad humana, tantas veces a él opuesta. Como María, podrá Dios con tu sí hacer obras grandes en ti. ¡Alabada sea su infinita misericordia!
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