1 de abril de 1938 - viernes
Siempre buenos propósitos... Siempre deseos de ser mejor... Siempre deseos de mortificación..., pero no pasan de ser deseos...
¡Qué pobre hombre eres, hermano Rafael!! ¿Cuándo empezarás? ¿Cuándo será el momento en que de veras empieces a ser lo que a Jesús prometiste?
Aún te conviene humillarte en tus propias debilidades... Aún es necesaria la experiencia de verte incapaz para nada bueno... ¿Qué podrás tú solo? Caer y no levantarte... Retroceder en lugar de avanzar. Mira delante de Jesús lo que eres, y aprende a conocerte; así no tendrás soberbia, y en tu propia humillación aprenderás algo de humildad, que aún no sabes lo que eso es, y es necesario que lo aprendas.
¡Qué pobre hombre eres, hermano Rafael!! ¿Cuándo empezarás? ¿Cuándo será el momento en que de veras empieces a ser lo que a Jesús prometiste?
Aún te conviene humillarte en tus propias debilidades... Aún es necesaria la experiencia de verte incapaz para nada bueno... ¿Qué podrás tú solo? Caer y no levantarte... Retroceder en lugar de avanzar. Mira delante de Jesús lo que eres, y aprende a conocerte; así no tendrás soberbia, y en tu propia humillación aprenderás algo de humildad, que aún no sabes lo que eso es, y es necesario que lo aprendas.
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