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jueves, 20 de abril de 2017

Emáus en el claustro de Silos


El Claustro del Monasterio de Silos ofrece a sus monjes la posibilidad de orar paseando por sus crujías, contemplando los misterios de la Encarnación, de la Pasión y de la Resurrección de nuestro Señor, que tan maravillosamente fueron esculpidos en la época románica. Una de estas célebres imágenes es la de Cristo peregrino, apareciéndose a los dos discípulos de Emaús, que contemplamos hoy orantes,.

viernes, 20 de enero de 2017

San Sebastián de Silos

El Monasterio de Silos, antes de llevar el nombre de su santo reformador Domingo, se llamaba y estaba bajo el patrocinio de san Sebastián, cuya memoria hoy celebramos. Con este motivo, vamos a visitar hoy el lugar de Silos, donde se ha desarrollado la vida monástica, al menos, desde el siglo X.

martes, 20 de diciembre de 2016

Vida de Santo Domingo de Silos


La vida de Domingo Manso arranca en el pueblo riojano de Cañas, cerca del Monasterio de San Millán de la Cogolla, en el que ingresaría a los treinta años, después de una experiencia eremítica. Tras diversas vicisitudes, llegó a ser prior de la comunidad. Gobernaba por entonces los reinos de Navarra y La Rioja don García, hijo mayor del rey don Sancho. Pródigo a veces con los monasterios e iglesias, cuando se veía apurado por las necesidades de la guerra, no respetaba ni derechos sagrados ni sus propias donaciones, ni siquiera las de San Millán. En el año 1040, exhausto su tesoro y creyendo que el nuevo abad le apoyaría en sus pretensiones, se dirigió al monasterio exigiendo una fuerte suma por sus pretendidos derechos reales. La negativa de Domingo fue respetuosa pero rotunda.


Esta obstinación exacerbó de tal manera la cólera del monarca. Apenas salió de la iglesia, el rey tuvo una larga entrevista con el abad, quien consintió en deponer a Domingo del cargo de prior y enviarle desterrado al priorato de San Cristóbal, llamado también Tres Celdas. En 1041, Domingo se dirige hacia Castilla. El rey don Fernando le ofreció su protección y una morada en palacio, pero el Santo pidió al monarca licencia para vivir retirado en la ermita que pertenecía al monasterio de San Millán, sirviendo en ella a la Virgen María.


A principios del año 1041, el monasterio de San Sebastián de Silos estaba casi abandonado. Perdido su antiguo prestigio y gran parte del patrimonio, todo anunciaba un fin poco glorioso, pues el puñado de monjes que lo habitaba, vegetaba y languidecía tristemente. Fue entonces cuando el rey don Fernando, movido tal vez por los ruegos del padre del Cid Campeador, que tenía sus posesiones colindantes con las de Silos, encomendó a Domingo la resturación del monasterio de San Sebastián de Silos y le propuso como abad. En una mañana de invierno, Santo Domingo entraba en la iglesia acompañado del obispo y de algunos nobles, para tomar posesión del cargo.


Comenzó la restauración material del monasterio por la iglesia, de tal modo que, completada con la cúpula y atrio por sus sucesores, llegó a ser una de las más bellas basílicas románicas de España, parecida a la catedral antigua de Salamanca. Hacia 1056, se comenzó la construcción de la sala capitular en el sitio llamado hoy el gallinero del Santo, así como el maravilloso claustro románico, que es la joya más original en su estilo y que eternizará en la historia del arte el nombre de Santo Domingo de Silos.


Corrían los años, y con ellos la actividad material y espiritual del monasterio de Silos iba aumentando. En los últimos años, la muerte se había llevado a sus mejores amigos: al rey don Fernando y a su hijo don Sancho, y finalmente a su amigo y vecino el abad de Arlanza, en 1072. Las fuerzas de su cuerpo se rendían al peso de sus 72 años, tan cargados de fatigas; su cuerpo, necesitaba el apoyo de aquel báculo sencillo de avellano, que aún se conserva en el Monasterio como preciosa reliquia. Su espíritu se mantenía firme y sereno, pero las fatigas del otoño de 1073, después de los últimos esfuerzos para la distribución de las cosechas, le rindieron del todo y cayó enfermo. Santo Domingo, murió el viernes 20 de diciembre de 1073.

Fuente del texto y fotografías:

miércoles, 8 de abril de 2015

Emáus en el claustro de Silos


El Claustro del Monasterio de Silos ofrece a sus monjes la posibilidad de orar paseando por sus crujías, contemplando los misterios de la Encarnación, de la Pasión y de la Resurrección de nuestro Señor, que tan maravillosamente fueron esculpidos en la época románica. Una de estas célebres imágenes es la de Cristo peregrino, apareciéndose a los dos discípulos de Emaús, que contemplamos hoy orantes, 

martes, 20 de enero de 2015

San Sebastián de Silos

El Monasterio de Silos, antes de llevar el nombre de su santo reformador Domingo, se llamaba y estaba bajo el patrocinio de san Sebastián, cuya memoria hoy celebramos. Con este motivo, vamos a visitar hoy el lugar de Silos, donde se ha desarrollado la vida monástica, al menos, desde el siglo X.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Vida de Santo Domingo de Silos


La vida de Domingo Manso arranca en el pueblo riojano de Cañas, cerca del Monasterio de San Millán de la Cogolla, en el que ingresaría a los treinta años, después de una experiencia eremítica. Tras diversas vicisitudes, llegó a ser prior de la comunidad. Gobernaba por entonces los reinos de Navarra y La Rioja don García, hijo mayor del rey don Sancho. Pródigo a veces con los monasterios e iglesias, cuando se veía apurado por las necesidades de la guerra, no respetaba ni derechos sagrados ni sus propias donaciones, ni siquiera las de San Millán. En el año 1040, exhausto su tesoro y creyendo que el nuevo abad le apoyaría en sus pretensiones, se dirigió al monasterio exigiendo una fuerte suma por sus pretendidos derechos reales. La negativa de Domingo fue respetuosa pero rotunda.


Esta obstinación exacerbó de tal manera la cólera del monarca. Apenas salió de la iglesia, el rey tuvo una larga entrevista con el abad, quien consintió en deponer a Domingo del cargo de prior y enviarle desterrado al priorato de San Cristóbal, llamado también Tres Celdas. En 1041, Domingo se dirige hacia Castilla. El rey don Fernando le ofreció su protección y una morada en palacio, pero el Santo pidió al monarca licencia para vivir retirado en la ermita que pertenecía al monasterio de San Millán, sirviendo en ella a la Virgen María.


A principios del año 1041, el monasterio de San Sebastián de Silos estaba casi abandonado. Perdido su antiguo prestigio y gran parte del patrimonio, todo anunciaba un fin poco glorioso, pues el puñado de monjes que lo habitaba, vegetaba y languidecía tristemente. Fue entonces cuando el rey don Fernando, movido tal vez por los ruegos del padre del Cid Campeador, que tenía sus posesiones colindantes con las de Silos, encomendó a Domingo la resturación del monasterio de San Sebastián de Silos y le propuso como abad. En una mañana de invierno, Santo Domingo entraba en la iglesia acompañado del obispo y de algunos nobles, para tomar posesión del cargo.


Comenzó la restauración material del monasterio por la iglesia, de tal modo que, completada con la cúpula y atrio por sus sucesores, llegó a ser una de las más bellas basílicas románicas de España, parecida a la catedral antigua de Salamanca. Hacia 1056, se comenzó la construcción de la sala capitular en el sitio llamado hoy el gallinero del Santo, así como el maravilloso claustro románico, que es la joya más original en su estilo y que eternizará en la historia del arte el nombre de Santo Domingo de Silos.


Corrían los años, y con ellos la actividad material y espiritual del monasterio de Silos iba aumentando. En los últimos años, la muerte se había llevado a sus mejores amigos: al rey don Fernando y a su hijo don Sancho, y finalmente a su amigo y vecino el abad de Arlanza, en 1072. Las fuerzas de su cuerpo se rendían al peso de sus 72 años, tan cargados de fatigas; su cuerpo, necesitaba el apoyo de aquel báculo sencillo de avellano, que aún se conserva en el Monasterio como preciosa reliquia. Su espíritu se mantenía firme y sereno, pero las fatigas del otoño de 1073, después de los últimos esfuerzos para la distribución de las cosechas, le rindieron del todo y cayó enfermo. Santo Domingo, murió el viernes 20 de diciembre de 1073.

Fuente del texto y fotografías:

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Traslación de las Reliquias de santo Domingo de Silos


El Monasterio de Silos celebra hoy la Traslación de las Reliquias de Santo Domingo, a su actual capilla, en la que desde el siglo XVIII es venerado. En ese tiempo, los monjes decidieron sustituir su templo románico, por una iglesia más espaciosa y acorde al gusto de la época. Encargaron el proyecto al arquitecto Ventura Rodríguez. Por este motivo, decidieron abrir la tumba medieval en la que era venerado el santo, y trasladar sus reliquias a una urna de plata, que sería colocada en la capilla en la que actualmente se encuentran.

Santo Domingo de Silos fue un monje que, oriundo de Cañas (La Rioja), se vio forzado a abandonar su Monasterio de San Millán de la Cogolla, donde era prior conventual, y encontró refugio en el decaído monasterio de San Sebastián de Silos. Su celo hizo resurgir la vida monástica en este lugar. Su vida virtuosa no solo se vio refrendada por numerosos milagros obrados en vida, sino que dicho poder taumatúrgico se prolongó tras su muerte. De hecho, se sepulcro de objeto de peregrinaciones de devotos, que buscaban su intercesión.

Que dicha intercesión siga protegiendo a los monjes de Santo Domingo de Silos, y nos consiga a todos la gracia de una vida santa.