miércoles, 18 de junio de 2014

Santo Desierto Carmelita de San José de las Batuecas


El Desierto de San José se fundó en 1599 por el padre Tomás de Jesús, en aquel entonces Superior Provincial de los Carmelitas Descalzos de Castilla. El monasterio se construyó en lo profundo del valle de Batuecas, un auténtico paraíso natural rodeado de ríos, bosques y altas montañas. Lo intrincado del valle y su belleza provocaron que desde antiguo éste estuviera rodeado de leyendas, que contribuyeron a aumentar el misterio que ya de por sí tenía.


Los Carmelitas Descalzos, fieles a su tradición contemplativa, vivieron en este Desierto solitario como en un oasis de paz, siendo un monasterio que acogía constantemente a Carmelitas de diversos conventos que, tras tiempo de actividad apostólica, necesitaban del remanso de la contemplación.


En 1836 los religiosos fueron expulsados, y el monasterio fue vendido y destruido, tanto por la mano del hombre como por un inmenso incendio que lo dejó en ruinas. En 1937 fue recuperado y restaurado por Santa Maravillas de Jesús, Carmelita Descalza, quien lo cedió de nuevo a los Padres Carmelitas en 1950, restaurando así la vida de Desierto contemplativo.


Hoy, una pequeña comunidad de frailes Carmelitas, mantiene viva la llama de la vida contemplativa en este Desierto de Batuecas, un lugar que es en la actualidad, también, un espacio de acogida para todos aquellos que quieren acercarse a vivir un tiempo de silencio.

En la actualidad, nuestros superiores también han dado permiso para que recibamos vocaciones, jóvenes que quieran entregarse a la vida contemplativa según el carisma del Carmelo. Éstos somos parte de la comunidad que habitamos en el Santo Desierto de San José de las Batuecas. Algunos permanecemos de continuo y otros pasan temporadas que les ayudan en su camino. Nuestros visitantes también son ya un cachito de nuestra comunidad.

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