domingo, 24 de noviembre de 2013

Stat Crux dum volvitur orbis


La Cruz permanece mientras el mundo cambia. Éste es el el lema de los monjes cartujos. la Cruz permanece como firme y seguro puerto de salvación, mientras tormentas de todo tipo agitan un mundo que prescinde de Dios. En este día de Cristo Rey, en el que celebramos su dominio sobre toda la creación, alabamos la gloria de su majestad y esperamos, como en el Buen Ladrón, entrar como pecadores acogidos a su misericordia en su Reino.


San Juan Crisóstomo, el patriarca que nunca dejó de ser monje, nos recordaba esta mañana: Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino. No tuvo la audacia de decir: Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino antes de haber depuesto por la confesión la carga de sus pecados. ¿Te das cuenta de lo importante que es la confesión? Se confesó y abrió el paraíso. Se confesó y le entró tal confianza que, de ladrón, pasó a pedir el reino. ¿Ves cuántos beneficios nos reporta la cruz? ¿Pides el reino? Y, ¿qué es lo que ves que te lo sugiera? Ante ti tienes los clavos y la cruz. Sí, pero esa misma cruz —dice— es el símbolo del reino. Por eso lo llamo rey, porque lo veo crucificado: ya que es propio de un rey morir por sus súbditos. Lo dijo él mismo: El buen pastor da la vida por las ovejas: luego el buen rey da la vida por sus súbditos. Y como quiera que realmente dio su vida, por eso lo llamo rey: Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.

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