lunes, 19 de enero de 2015

San Macario Alejandrino y san Macario el Grande de Egipto

San Macario junto al Querubín

4. Conmemoración de san Macario el Grande, presbítero y abad del monasterio de Scete, en Egipto, que, considerándose muerto al mundo, vivía sólo para Dios, enseñándolo así a sus monjes (c. 390).
5. Conmemoración de san Macario, llamado Alejandrino, presbítero y abad en las montañas de Scete, en Egipto (s. V).

El anuncio del Martirologio romano nos conduce hoy a Egipto, cuna del movimiento monástico cristiano. Recordamos a  dos reconocidos monjes contemporáneos de Nitria durante el S. IV:

Macario el Alejandrino


También llamado ho politikos ya sea en referencia a su ciudad de nacimiento a sus maneras refinadas; murio alrededor de 405. Fue un contemporáneo joven de Macario el Egipcio, pero no hay razón para confundirlo o identificarlo con su homónimo mayor. Más que cualquier eremita de la época, él ejemplificó el espíritu de emulación característico de esta etapa del monaquismo. Nadie lo superaba en austeridad. Paladio asegura que si alguna vez escuchaba de alguien realizando alguna forma d ascetismo, se encendía en deseos de hacer lo mismo. Porque los monjes de Tabenisi rechazaban alimentos cocidos durante la Cuaresma, él se abstuvo por siete años. En una ocasión, en expiación de una falta, se recostó durante seis meses en una colmena, expuesto a los ataques de los insectos africanos, cuya picadura puede vencer la resistencia incluso de un jabalí. Cuando regresó donde sus compañeros, estaba tan desfigurado que sólo pudo ser reconocido por su voz. Se le adjudica la redacción de una regla para monjes, por su autoría es negada en la actualidad.


Macario el Egipcio (o "Macario el viejo")


Uno de los más famosos solitarios del cristianismo primitivo, nacido alrededor de 300; murió el 390. Fue discípulo de San Antonio y fundador de una comunidad monástica en el desierto de Escete. A través de la influencia de San Antonio abandonó el mundo a los 30 años, y diez años después fue ordenado sacerdote. La fama de su santidad atrajo a muchos seguidores, y su establecimiento monástico al momento de su muerte tenía miles de habitantes. La comunidad, que tomó por residencia los desiertos de Nitria y de Escete, era de tipo semi eremítico. Los monjes no estaban ligados por ninguna regla fija; sus celdas estaban cerca unas de otras, y se reunían para el culto divino sólo los sábados y domingos. El principio que los mantenía juntos era el de mutua ayuda, y la autoridad de los mayores era reconocida no como la de los superiores monásticos en el sentido estricto de la palabra, sino como guías y modelos de perfección. En una comunidad donde sus miembros se esforzaban por destacar en mortificación y renuncia, la preeminencia de Macario era generalmente reconocida. Diversos monasterio en el desierto Libio todavía llevan el nombre de Macario. Cincuenta homilías han sido preservadas con su nombre, pero éstas y la "Epístola a los Monjes", junto a otras piezas dudosas, no pueden ser adjudicadas a él con absoluta certeza.

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