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San Martín de Frómista - Adán y Eva |
65.- ¿Hacia dónde tiende tu alma? Monje, al principio vivían Adán y Eva gozosos en la confiada amistad con Dios. La desobediencia del pecado, sin embargo, los hizo avergonzar hasta el punto de huir de su presencia. Desde entonces, rehuimos los pecadores la presencia luminosa del Creador, y escondemos nuestra vergüenza tras los vestidos de la apariencia y del fingimiento. Nuestro cuerpo oprime con sus engañosos halagos la libertad hacia la que tiende nuestra alma. Pero el Señor, compadecido de nuestro extravío, asumió nuestra condición, nos rescató de la esclavitud del pecado, y nos dejó el Espíritu Santo para que pudiésemos volar hacia él. Examínate, monje, y mira si te inclinas hacia las apariencias fugaces de este mundo, no sea que quede ineficaz tanta gracia como te ha sido ofrecida.
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