Contempla, pues, a este hombre prometido por el oráculo de un ángel, milagrosamente concebido y santificado en el seno de su madre. Admira también el nuevo fervor de penitencia de este hombre nuevo. El Apóstol nos propone este ideal: Teniendo qué comer y con qué vestirnos podemos estar contentos. Ésta es la perfección apostólica. Pero Juan fue mucho más allá, como nos dice el Señor en el Evangelio: Vino Juan que ni comía ni bebía, e iba medio desnudo. Comer saltamontes no es propio de hombres, sino de ciertos animales; y tampoco lo es vestirse con piel de camello. Camello, ¿cómo le dejaste tu piel? ¿Por qué no le diste tu jiba? Y vosotras, fieras salvajes y reptiles del desierto, ¿por qué buscáis manjares exquisitos?
Juan es un santo varón, enviado de Dios, un ángel de Dios, como dice el mismo Padre: Mira, yo te envío mi mensajero por delante. Juan, el hombre, más grande que ha nacido de mujer, castiga de este modo su cuerpo inocente, lo abate y lo mortifica. ¿Y vosotros soñáis con vestidos de púrpura y de lino, y banquetear espléndidamente?
Buenas Tardes. En primer lugar darle la enhorabuena por el blog, es muy bonito y nos ayuda a profundizar en la espiritualidad monástica. Gracias por querer compartir estas reflexiones y presentarnos de esta manera a diferentes autores y santos con esta espiritualidad tan rica. Por esta razón le sigo, mi blog es todapuraeresmaria.blogspot.com que trata sobre la virgen Inmaculada y la espiritualidad Concepcionista de Santa Beatriz de Silva. Por último le animo a que conozca la espiritualidad monastica Concepcionista de la Sierva de Dios Madre Mercedes de Jesús OIC, que es muy rica y sabe presentar la espiritualidad monastica para el mundo de hoy (www.monjasconcepcionistasdealcazar.com)
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