viernes, 9 de octubre de 2015

San Dionisio de Paris y su abadía


Martirologio Romano: San Dionisio, obispo, y compañeros, mártires, de los cuales la tradición quiere que el primero, enviado por el Romano Pontífice a la Galia, fuese el primer obispo de París, y que junto con el presbítero Rústico y el diácono Eleuterio, padeciesen en las afueras de la ciudad (s. III). 

Dionisio habría llegado a Francia hacia el 250 ó 270 desde Italia con seis compañeros con el fin de evangelizarla. Fue el primer obispo de París, y apóstol de las Galias. Fundó muchas iglesias y fue martirizado en el 272, junto con Rústico y Eleuterio, durante la persecución de Aureliano. Según creen algunos es en Montmartre (mons Martyrum), o en el sur de la Isla de la Cité, según otros, donde se eleva, en la actualidad, la ciudad de Saint-Denis lugar en el que fueron condenados a muerte.


Según las Vidas de San Dionisio, escritas en la época carolingia, tras ser decapitado, Dionisio caminó seis kilómetros con su cabeza bajo el brazo, atravesando Montmartre, por el camino que, más tarde, sería conocido como calle de los Mártires. Al término de su trayecto, entregó su cabeza a una piadosa mujer descendiente de la nobleza romana, llamada Casulla, y después se desplomó. En ese punto exacto se edificó la célebre basílica de Saint-Denis en su honor.

La tradición del culto a San Dionisio de París, fue creciendo poco a poco, dándole a conocer, llegando a confundirlo con Dionisio Areopagita (obispo de Atenas) o con Dionisio el Místico. Esta confusión proviene del siglo XII cuando el abad Suger falsificó unos documentos por razones políticas, haciendo creer que San Dionisio había asistido a los sermones de Pablo de Tarso.


Ya desde el Bajo Imperio existía un cementerio en Saint-Denis. En el siglo IV se erigió un mausoleo en el mismo lugar en el que se encuentra hoy el altar mayor. En el siglo V, Santa Genoveva adquirió las tierras colindantes e hizo construir una iglesia, que fue ampliada por dos veces durante la época merovingia, especialmente durante el reinado de Dagoberto I. Hacia el año 630 fue enterrado en ella San Dionisio (primer obispo de París) junto con dos de sus compañeros: el sacerdote Rusticus y el diácono Eleuthère. Hacia 750 se empezó a construir un nuevo santuario por orden de Pipino el Breve. Durante la época carolingia se construyó una iglesia en forma de basílica, con tres naves y un transepto. La misma fue renovándose con el transcurso de los años hasta el siglo XIV. Durante la primera mitad del siglo XII, el abad Suger, consejero de Luis VI el Gordo y de Luis el Joven, hizo derribar la iglesia carolingia y erigir una iglesia gótica. Con Suger la abadía adquirió más importancia; en ella se guardaban las regalías y se convirtió en una necrópolis real y dinástica.


Desde la muerte de Hugo Capeto, la basílica contiene las tumbas de los reyes de Francia, excepto la de Felipe I que fue enterrado en el monasterio de Saint-Benoît-sur-Loire. El primero de los reyes capetos, Hugo, fue abad laico de Saint-Denis, quien se aprovechó del potencial de la abadía para reforzar su poder. El 22 de agosto de 1291, una bula del papa Nicolás IV, firmada en Orvieto, ratificó la bula de Celestino III que otorgaba a los religiosos de Saint-Denis el privilegio de no estar sometidos a ninguna sanción canónica viniera de quien viniere (excepto las de sus abades), sin que la misma tuviera una licencia especial del soberano pontífice. Los reyes de Francia acudían a la abadía de Saint-Denis a orar y tomar la Oriflama antes de ir a la guerra o a las cruzadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario