30.- Donde hay voluntad, allí hay libertad. Y, como ya hemos dicho, el libre albedrío parece constar de estos dos elementos: de la libertad de la voluntad y de la decisión de la razón.
La voluntad de cualquier parte puede sacar bienes para el hombre, aunque ni en los bienes ni en los males se pierda. Si esto es así, no se puede perder tampoco la libertad, ni la razón, ni la capacidad de juzgar.
¿Qué entonces? ¿Porque Dios es quien obra en nosotros el querer, perderemos por eso el querer? ¿O porque de Dios depende que usemos bien de la razón. acaso no usamos de la misma? ¿O porque nos viene de Dios todo lo que hagamos de bien, no haremos el bien? ¿O porque no somos suficientes para pensar algo por nosotros como de nosotros, pues nuestra suficiencia nos viene de Dios, no habría suficiencia?
Todo esto, aunque es por gracia de Dios que lo hagamos, sin embargo, no lo hacemos sin la voluntad y la razón, y por consiguiente sin libre albedrío.
La voluntad de cualquier parte puede sacar bienes para el hombre, aunque ni en los bienes ni en los males se pierda. Si esto es así, no se puede perder tampoco la libertad, ni la razón, ni la capacidad de juzgar.
¿Qué entonces? ¿Porque Dios es quien obra en nosotros el querer, perderemos por eso el querer? ¿O porque de Dios depende que usemos bien de la razón. acaso no usamos de la misma? ¿O porque nos viene de Dios todo lo que hagamos de bien, no haremos el bien? ¿O porque no somos suficientes para pensar algo por nosotros como de nosotros, pues nuestra suficiencia nos viene de Dios, no habría suficiencia?
Todo esto, aunque es por gracia de Dios que lo hagamos, sin embargo, no lo hacemos sin la voluntad y la razón, y por consiguiente sin libre albedrío.
Elredo de Rieval
El Espejo de la Caridad
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