7 de enero de 1938 - viernes
Una de mis mayores faltas es la impaciencia y algunas veces un hermano, sin darse cuenta, me pone los nervios en tal estado, sobre todo con ciertos ruidos, que saldría dando gritos si me dejara llevar del natural.
Mas he venido a la Trapa a mortificarme y a sufrir lo que el Señor quiera enviarme.
La máxima penitencia es la vida común.
Señora y Reina del cielo, concededme la gracia de ser manso. Así sea.
Una de mis mayores penas es el ver que estoy abrazado a la Cruz de Jesús, y que no la amo como quisiera.
Mas he venido a la Trapa a mortificarme y a sufrir lo que el Señor quiera enviarme.
La máxima penitencia es la vida común.
Señora y Reina del cielo, concededme la gracia de ser manso. Así sea.
7-1-38
Una de mis mayores penas es el ver que estoy abrazado a la Cruz de Jesús, y que no la amo como quisiera.
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